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Pese a los prejuicios, los liderazgos femeninos sí existen en el mundo de la minería. El pasado 11 de abril se realizó la elección de directiva para el periodo 2024-2026 del Sindicato N°2 Los Cobres, instancia en la que Katherine Ávila González alcanzó la primera mayoría en las urnas, logrando un 15.48% de las preferencias.

Tras la ratificación en su puesto como presidenta del sindicato, el equipo de Comunicaciones de la Federación Minera de Chile conversó con Katherine: sus motivaciones como dirigenta, los planes para este nuevo proceso y las dificultades que enfrentan las mujeres en la minería.

Estoy súper orgullosa de mi trabajo

Katherine Ávila nació un 12 de noviembre de 1982 en Iquique, capital de la Región de Tarapacá. Hija mayor de Guillermo Ávila y María del Carmen González, Katherine es, además, madre de un niño, labor que no ha descuidado un solo minuto pese a las grandes responsabilidades que significa ser dirigenta del Sindicato N°2 Los Bronces.

Siempre con una sonrisa y muy apegada a sus cercanos, Ávila lleva 13 años trabajando para Anglo American, empresa a la que ingreso en diciembre de 2011. Como operadora de maquinaria pesada, Katherine ha logrado hacerse un espacio dentro de la minería, derribando mitos y asegurando que los prejuicios que caen sobre sus compañeros están lejos de ser reales.

—¿Por qué escogiste ser dirigenta?
—En principio era porque me gustaba mucho el asunto de ayudar. Ahí fue mi primer objetivo, el poder hacer cosas porque, fuera de lo que es el sindicato y estando en cada equipo de trabajo, uno piensa que quizás no se hace nada. Todo el mundo tiene sus pensamientos propios, pero nunca son los acertados para lo que es ser dirigente sindical.

—¿Ha significado mucho trabajo?
—Yo después de estar estos 4 años y con gusto, si tú no quieres hacer cosas, no las haces y no eres re-elegido. Pero si le pones tu power, efectivamente te ocupa bastante tiempo y, en el minuto que tú eres líder o parte de un sindicato, tu círculo social se disminuye.

—Esta pérdida de vida social, ¿ha valido la pena?
—Sí, estoy súper orgullosa de mi trabajo, aunque suene como medio egocéntrico. Estoy súper orgullosa de lo que he hecho, creo que me lo merezco y lo que más me gusta es que tengo el apoyo de personas que continúan en el sindicato, gente muy bonita, que son gente también que están socialmente integradas en cada día ser más empática con los colegas.

Falta ropa de mujer en las faenas

—¿Qué sensaciones te deja el haber sido elegida por tus pares masculinos como la primera mayoría en esta elección?
—Es como una frase cliché, pero no soy solamente una cara bonita, jajajá. Ellos me han dado todo ese apoyo a través de sus votos y hoy día llego a faena y el abrazo y el que te digan «te lo mereces», que eres elogiada y que eres recompensada por cada uno de ellos por tu esfuerzo y porque siempre has estado…

—Has hecho harto trabajo en terreno.
—Sí, o sea, ellos me lo han dicho. No es solamente que yo les contesto el teléfono, sino que siempre les tengo las soluciones y si no las tengo, las voy a buscar. Hoy día el apoyo es porque les he entregado la confianza, además de ese oído que ellos han necesitado, porque quizás no siempre es algo laboral. 

—Y en términos prácticos, ¿cual será tu primera gestión como presidenta del sindicato?
—Mira, mi plan de trabajo es poder seguir potenciando, en principio, lo que hoy en día tenemos bajo que es la ropa para mujeres. Actualmente no encontramos a la vuelta de la esquina guantes para las mujeres o zapatos. Aunque ahora hay más variedades, necesitamos seguir potenciando eso.

—¿Son diferentes los implementos para mujeres?
—Sí, no es porque queramos algo especial, sino que somos diferentes en cuerpo y en todo lo relacionado a eso. Poniéndote un caso, nosotros no nos vamos a poner los mismos guantes de los viejitos. Tengo mi mantenedora que tiene las manos más pequeñas, entonces, al igual que con la ropa, los guantes deberían ser un poquito más pequeños porque sino se agarran en los equipo.

Ser mujer en la minería de Chile

—¿Es más dificil ser mujer en minería?
—Después de 13 años en la minería te puedo decir que, efectivamente, es más complicado para nosotras. Siendo mujer somos mamá, somos señora, somos de todo, entonces, el hombre, y no es como para minimizar la labor o el trabajo masculino, pero ellos normalmente se dedican a su trabajo, llegan a su casa y tienen la contención de su señoras, pero en nosotras las mujeres no es así, es mayor el trabajo.

—Los mineros, ¿son tan machistas como la gente cree?
—Está mal concepto de que son brutos, de que tiran tallas medias subidas de tono. Pero, yo te digo, ellos cambiaron al 100%. Han tenido esa recepción en el área de mantención, en el área de operación, de planta, de todos lados, hacia nosotras, lo que es super bueno.

—¿Desde cuando empezó este cambio?
—Esto pasó, por lo menos acá en Los Bronces, cuando yo entré en el año 2011. En ese tiempo, la presidenta Cynthia Carrol quería mujeres porque decía que éramos más comprometidas con el trabajo porque éramos comprometidas con la familia. Ese era un concepto que ella tenía y ahí llegamos en masa. De hecho, mi equipo, que fue el segundo grupo de 65 mujeres, en ese año nosotras, así como literalmente, vinimos a invadir.

—¿Cómo fue para Katherine Ávila el llegar en ese tiempo?
—No te puedo mentir, esa vez no fuimos bien recibidas por todos y era lógico porque les cambiábamos la forma de trabajar, la forma de relacionarse. Imagínate, había gente que todavía tenía mitos. Teníamos un viejito de perforación y una de mis colegas se subió a la perforadora y cuando el viejito la vio, sacó de su mochila vinagre y empezó a echarle a la máquina porque éramos de mala suerte.

—Habían muchos mitos.
—Claro, y yo te estoy hablando del 2011. Después de que ha pasado todo este tiempo, casi 13 años, el hecho de que hoy día ellos se sientan representados por una mujer es todo un hito.